miércoles, 9 de marzo de 2011

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Yo siempre creía que escribir palabras, invisibles, sobre la piel o la sábana de turno… es de locos. Pero resulta que no. Que es peor, si cabe. Porque olvidas lo que has escrito y el momento, tarde o temprano, se olvida también. La locura es necesaria a veces, aunque olvidemos el por qué. 

Sin ella nada sería normal al fin y al cabo.

Cambié entonces: piel por una ventana cerrada. Y tampoco sirvió. No siempre llueve y tarde o temprano toca limpiar las vocales. Y borrar palabras con un trapo que huele bien, pero que tarde o temprano se llevará todo cuanto has sentidodichopensado… es espeluznante, creedme. 

Respira. Es el principio. Y todo vale. 

Siempre.




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