sábado, 9 de abril de 2011

Imagina

Algo pasa cuando despegas. Por las tripas. Algo que en realidad no pasa. Solo se siente. Como si las alturas te dieran el privilegio de llorar sin miedo, de gritar sin miedo, a saber que es mejor:
Todo sin miedo.  

Porque por mucho que te enseñen a cómo inflar el chaleco y por dónde están las ocho puertas que te permitirían salir-saltar:


La muerte es segura. Del todo.

10.000 metros. Demasiados metros. Demasiada belleza. Y agua. Y demasiado poco ventana pequeña. Como las carreteras y las casas y las ciudades. Todo es pequeño. Por fuera. Por dentro es tema aparte. Intenso. Interesante. Imposible. Demasiado.


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