domingo, 30 de diciembre de 2012

Título de entrada, parte uno de tres

Yo por tú.
Tú contra Ella.
Él sobre vosotros.

Nosotros y Élla.

Me coges de la mano. Despacio acercas tu mano a mi mano. Me recoges la mano con tu mano. 

Nadie habla del fin del mundo. Sobrevivir es el fin del mundo y nadie lo recuerda. Despacio.

Cuando es invierno saco mi corazón de la nevera. Y temblamos. 




                   Atentamente, el humo de un cigarrillo de un fin del resto de año cualquiera. 

miércoles, 19 de diciembre de 2012

martes, 18 de diciembre de 2012

El dolor ya no tiene ojos bonitos

Tu boca. Ya no toco tú boca. No te toco.
Nos chocamos.
Tu boca.
Tú.
El dolor no toca tu boca. 
La boca de los ojos bonitos.
No la toco.

Desconozco
tu 
boca.

Las estrellas caen. 
Las estrellas siempre caen.
Siempre.
Caen.
Y callan. 
Y lloramos nosotros porque no escuchan.
Aguantamos la respiración.

No hacemos ruido.
Las estrellas caen.
No vemos las estrellas pero fumamos.
Nos desperdiciamos.
Devoramos a nombres de hombres llenos de polvo.
Las estrellas se tiran de cabeza mientras lloramos.
Y nos tiramos de cabeza aguantando la respiración cerrando muy fuerte los ojos.
Porque es más fácil así.
Sin hacer ruido mientras caen las estrellas.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

Consistir

Nunca hablaba con nadie.

Tengo frío. 
¿Cuándo te podré ver?
¿Por qué no hoy?

No tenía nada que hacer

Su masa muscular.
No era tuya.
Te dan la patada.

He estado investigando

Un agujero.
Aparatos correctores.
Estás bien.

(Muy valiente y segura de mi misma sentí asco. La información es poder. Una mirada.)

martes, 11 de diciembre de 2012

Diez de diciembre

Uno.

Estás preciosa.
Todo el mundo contento. Las madres no pueden pagar el pan en el mercado. 
Estás preciosa. 
(Él fin del mundo te besa las manos.)


Dos.

Sonido triste.
Llegaste a estar solo.
Recuerdo. Invadir cuando nadie quiere fronteras. Roturas. Diarios. 
Días.
Hombres que hablan de hombres muertos.
Sonido triste.

Tres.

Querido,
Siento no haberte escrito en tanto tiempo. Una vida, querido. El aroma a canela. Con solo una mirada escribo todos los adjetivos. Algo diferente.
Querido.




viernes, 7 de diciembre de 2012

Siete

Podría decirse que todas las veces fueron una sola aunque nadie se atreva a creerlo. Apreciar lo que tienes. Pronunciarlo. Cerrar los ojos e intentar dormir. Seis veces seguidas en diez camas diferentes. Es lo justo, la diferencia entre la evolución de los caprichos de la calma o la imposibilidad de concebirla los días impares del año. Luego los pares. 

Y aprendes a olvidar. 

Haces lo que puedes por parecer seco e inválido. 
Olvidar. 
Es un verbo jodido, repites mientras rezas a un Dios recién inventado. Rezas por olvidar. 

El Dios se duerme mientras tú continuas. No te cansas pero te cansas. Las causas perdidas te hacen vomitar, pero olvidas. 
Olvidas a olvidar. 
Rezas. Tiemblas. 

Te mudas de la ciudad.

Empiezas. Pareces una chaqueta de esas que difícil conjugar por mucho que intentes aparentar lo contrario. Sonríes. Dudas, pero sonríes. Es fácil caminar así aunque en algún callejón hace cinco manzanas te acurrucaste al lado de la pared y empezaste a llorar. Caminas. Es fácil llorar así.

Olvidar. 

jueves, 6 de diciembre de 2012

Cinco de diciembre

Un diciembre roto.
Hola.
Creíamos que habías muerto. 
Tenías algo mucho mejor. 
No hablar de ello.
Sal de mi quirófano.
Una puta maravilla.
Enfermos.
Descalza.
Humo.
Fumo constantemente.
Constante.
Un detalle.
Humo.
Humo.
Silencio.
Silencio.
Humo.
Bailo desnuda.
Bailamos.
No estas.
Pero bailamos.

Desnuda. Follamos. Me follo. Me. Follo. Follas. La vida. Desnuda. Crecímos. No bailamos. No. Descalza. Hago un desayuno para dos cada noche, aunque soledad se corra en mi boca. En mi espalda. Soledad, cada noche para dos contra la pared. Puede que temblando de frío o muriendo de calor. Follamos. Desayuno. Dos. Para.