viernes, 18 de enero de 2013

Café


(No puedo respirar cuando escucho música entre tus venas. Respiro pero no puedo respirar.) 

He visto a un cura echando agua bendita a perros vestidos de personas. No sabían por qué estaba pasando así pero. Qué sabré yo de las personas que acompañan perros vestidas de personas haciendo cola en la iglesia para recibir gotitas de agua bendita.

He querido aprender a creer en Dios porque quiero que una oración  me reconforte de la misma manera que esas personas que visten a sus perros de personas y esperan en la puerta de la iglesia para recibir gotitas de agua bendita.

No he podido aprender a creer en Dios porque pese a buscarlo minuciosamente por todo mi cuerpo y todos mis pulmones, estómagos e intestinos, y todos los mapas y todos los planetas y constelaciones que, hasta me he atrevido a inventar, he llegado a la conclusión de que no existe o es invisible.

(Sólo soy un espejo colgado en la pared porque nunca aprendo a respirar en la puerta de una iglesia.) 



No hay comentarios:

Publicar un comentario